La principal meta de esta nueva serie de webinar «Abriendo América Latina: cómo podemos desde las bibliotecas contribuir a la Ciencia Abierta» es empoderar a bibliotecari@s iberoamerican@s para poder introducir y/o potenciar el impulso de la Ciencia Abierta en nuestras instituciones de investigación, educativas, culturales y/o de gobierno. Buscamos forjar nuevas conexiones entre organizaciones -en cada uno de nuestros países- para coordinar los esfuerzos regionales y/o mundiales de producción, análisis y promoción de la ciencia.
Nos parece imprescindible conocer y analizar el escenario regional contemporáneo del acceso, educación y datos abiertos; y, del mismo modo, visibilizar los conceptos, debates y tensiones vigentes en estas áreas. En busca del empoderamiento del pensamiento y la construcción del conocimiento con perspectiva latinoamericana, organizamos esta serie de webinares camino a la OpenCon LatAm 2019 Colombia.
En esta oportunidad les acercamos una introducción al acceso abierto al conocimiento científico, realizada por Fernando Ariel Lopez.
Fernando Ariel Lopez
Lic. en Bibliotecología y Ciencias de la Información (UBA, Argentina). [Tesis en Proceso] Maestría en Bibliotecas y Servicios de Información Digital (UC3M, España).
Es co-fundador y Director de la comunidad de conocimiento colaborativo APRENDER 3C (Latinoamérica). Director de Biblioteca en la UMET y miembro del CITRA (CONICET). Coordinador de Ciencia Abierta en Ameli-CA.
Realiza investigación y desarrollo en temas relacionados con la comunicación científica (Acceso Abierto, Repositorios Digitales, Datos de Investigación, Ciencia Abierta, etc.), gestión e innovación en Instituciones Culturales, Educativas, Científicas y de Gobierno. Docente y capacitador en diversas instituciones e instancias en la región.
Una cuestión de principios
Las ideas fundamentales que estructuran la web fueron desarrolladas, según Tim Berners-Lee (padre de www), ante la necesidad de distribuir e intercambiar información acerca de sus investigaciones de una manera más efectiva. Es innegable no reconocer los cambios que produjo Internet en el acceso a la información, a la cultura, al ocio y al entretenimiento, como también en nuestras formas de comunicarnos y expresarnos e incluso en cómo nos relacionamos. Por primera vez en todos los tiempos, Internet nos ofrece la oportunidad de construir una representación global e interactiva del conocimiento humano, incluyendo el patrimonio cultural, y una perspectiva de acceso mundial.
En este contexto, la edición electrónica minimiza los costes, ya que una vez hecha la primera copia los gastos en producción y distribución son marginales. Lo que contrasta con la obra editada en papel, cuyos costos de reproducción, almacenamiento y distribución son cuantiosos. Sin embargo, los editores académicos-científicos cobran por la suscripción en línea tanto o más que por la edición impresa. Las editoriales académicas-científicas justifican los incrementos de las suscripciones alegando que se proporcionan junto a la revista otros servicios de valor añadido. Los editores aluden a su tradición de tres siglos como garantes de la comunicación científica, siendo la revista uno de los más importantes canales de comunicación, y avalan que su trayectoria les respalda, así como la utilización de unos métodos que han resultado efectivos y lo seguirán siendo [Informe APEI sobre acceso abierto, 2008].
El mercado de las editoriales científicas se fue convirtiendo cada vez más en un mercado monopólico. Como consecuencia de esto fueron subiendo los precios de las suscripciones y la imposición de contratos “por paquetes” (big deals). Esta subida de precios por encima de los presupuestos de las bibliotecas ha ocasionado que se produzca una disminución en los títulos adquiridos y un descenso en el presupuesto dedicado a otros servicios (bibliotecarios y para la docencia e investigación) [Remedios Melero, 2005].
En América Latina y El Caribe, cerca del 70% de las investigaciones son financiadas con fondos públicos [UNESCO, 2010] en este sentido, cabe aclarar que se produce una paradoja:
Los Estados son los que financian la investigación y luego tienen que pagar nuevamente por acceder a los resultados de las investigaciones publicadas. Es decir, la sociedad entera paga dos veces por el mismo conocimiento.
La propia comunidad científica (generadora de los contenidos y evaluadora de los mismos), las editoriales científicas no comerciales (de sociedades científicas y asociaciones profesionales), algunas entidades financiadora de las investigaciones y la comunidad bibliotecaria comenzaron a gestar un cambio ante esta situación. Producto de esta crisis en el modelo de comercialización de la comunicación científica, surge una alternativa = el movimiento de acceso abierto.
Los orígenes fundacionales del acceso abierto tienen cerca de dos décadas, aunque las primeras experiencias se encuentran más de veinte años atrás. Fue a principios de 1990, que surgieron las primeras iniciativas para crear archivos o repositorios abiertos de documentos especializados, con el fin de facilitar el acceso a los contenidos, hasta ese momento sólo disponibles para los que pudiesen pagar. Desde entonces, el movimiento ha crecido y evolucionado a nivel mundial, y son cada vez más las instituciones académicas que apoyan la creación de repositorios o iniciativas de este tipo.
Estos grupos comenzaron a reunirse y a realizar varias declaraciones, las 3 más emblemáticas son las conocidas como “las 3 B del acceso abierto”:
Comprende la publicación en acceso abierto contemplando la Ruta verde (vía repositorios) y Ruta dorada (vía revistas con política de acceso abierto sin cargos de procesamiento para lectores, ni para autores), para impresos, pre-impresos, materiales grises y publicaciones de cualquier tipo.
Diseñar estrategias para la creación y el mejoramiento de mejoramiento de la calidad de revistas científicas y de divulgación en acceso abierto editadas en Latinoamérica y fomentar el desarrollo de competencias de los equipos editoriales.
Diseñar estrategias de desarrollo y fortalecimiento de Repositorios digitales interoperables (nacionales, institucionales y/o temáticos), utilizando estándares de metadatos y directrices regionales vigentes.
Fomentar el uso de recursos de información en acceso abierto y promoverlos en programas de alfabetización informacional.
Fuente: Declaración de Panamá sobre Ciencia Abierta, Reproducible y Replicable (2018)
Alonso-Arévalo, J., Subirats-Coll, I., & Martínez-Conde, M (2008). Informe APEI sobre acceso abierto. En: APEI, Asociación Profesional de Especialistas en Información. <http://hdl.handle.net/10760/12507>
Melero, Remedios; Abad García, María Francisca (2008). Revistas open access : características, modelos económicos y tendencias. En: BiD: textos universitaris de biblioteconomia i documentació, juny, núm. 20 <http://www.ub.edu/bid/20meler2.htm>
Abriendo América Latina
cómo podemos desde las bibliotecas contribuir a la Ciencia Abierta